- Tú no tienes “patas de gallo”, sino garritas de pterodáctilo.
- Si tú no eres calvo, pero levanta la cara porque me deslumbras.
- Eres un sol, gordo y colorado.
- Mira, y yo que creí que no serías lo suficientemente estúpido como para casarte como mi ex-mujer.
- Pero si así, delgada, flaca y huesuda, te ves muy poco, pero muy bien.
- Pero si tú ya sabes que el hombre es como el oso, mientras más grande, pues más feo y más asqueroso.
- Pues para ser tan enano, tienes la moral muy alta.
- Pero si tú no eres corto, eres intermitente.
- Tú, como los burros y los negros, bonito de pequeñito.