- Me llaman viejo verde. Pero no sé si es por podrido o por pervertido.
- Aún tiemblas ante mi presencia, viejita.
- Sólo cuando me da el ataque.
- Si volviéramos a nacer, ¿te casarías otra vez conmigo?
- Bueno, el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra.
- ¿Por qué ya no me haces el amor, viejito?
- Eso sería un incesto, tú y yo somos a como hermanos.
- Papá, ¿verdad que mi abuelita es muy guapa?
- Te lo dije, Maruja, este niño necesita gafas.
- ¡Ay, hijito mío! Creo que éste será mi último cumpleaños.
- Pues aprovecha para heredarme en vida, abuelita.
- Viejita, ven. Que aún me queda algún cartucho.
- Sí, viejito. Lo que ya no te queda es escopeta.
- Cuando la fuerza mengua, viejita, nos quedan los dedos y la lengua.